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Guía de información y recomendaciones

Introducción

Cuando escuchamos hablar de la necesidad de un trasplante para un ser querido o para uno mismo, es natural que afloren sensaciones y sentimientos que nos pueden generar dudas y temores.

¿Qué es un trasplante? ¿No hay otra solución? ¿Cuánto cuesta? ¿Cómo lo pago? ¿Duele mucho? ¿Es seguro? ¿Cuánto lleva la recuperación? ¿Voy a ser el mismo después?

Algunas de estas preguntas tienen respuestas claras, otras tienen respuestas que dependen de cada situación particular y otras se irán resolviendo poco a poco durante el proceso.

El objetivo de este documento es, sin entrar en aspectos médicos, poner a disposición un conjunto de información de forma articulada, práctica y sencilla, que ayude a entender la temática y a llevar adelante de la mejor manera el proceso que a cada uno le toque transitar.  Los aspectos médicos son materia técnica reservada al equipo de salud para cada paciente en particular y por lo tanto corresponde que cada uno refiera las consultas técnicas a sus profesionales.


HEPATOLOGOS

Breve historia del trasplante hepático en Uruguay

La puesta en marcha del programa de trasplante hepático en nuestro país transcurrió en dos etapas. La primera etapa se desarrolló entre los años 1998 y 2001 en el Hospital Central de las FFAA. La segunda etapa tuvo sus comienzos en el año 2002 cuando se consolidó el Servicio de Enfermedades Hepáticas del Hospital Central de las Fuerzas Armadas (HCFFAA), y se conformó un grupo de trabajo multidisciplinario con amplia dedicación al diagnóstico y tratamiento de las enfermedades hepato-bilio-pancreáticas. Este equipo obtuvo progresivamente resultados comparables con los mejores centros del mundo, consolidándose como centro integrado médico quirúrgico de referencia. Este desarrollo y maduración del equipo, sumado a la capacitación en centros de primer nivel en España, EEUU, Portugal, Francia, Inglaterra y Argentina, con una visión país y con la inclusión de diferentes recursos procedentes de diversas áreas, permitió afrontar el gran desafío del desarrollo de un Programa Nacional de Trasplante Hepático en el Uruguay.

En julio de 2008, se suscribió entre la Dirección Nacional de Salud de las Fuerzas Armadas (DNSFFAA) y el Fondo Nacional de Recursos (FNR) un convenio referente a la realización de controles y demás actividades de seguimiento de los pacientes en situación de pre o post-trasplante hepático en el Uruguay, con cobertura del FNR, desarrollándose en el Hospital Central de las Fuerzas Armadas.

En julio de 2009, por resolución del Ministerio de Salud Pública, los trasplantes hepáticos de adultos comenzaron a realizarse en Uruguay. Esto significó un gran avance para el país, ya que todas las actividades de los pacientes adultos pasaron a desarrollarse enteramente en nuestro país: las evaluaciones pre-trasplante, el trasplante y los seguimientos e internaciones por complicaciones pre y post trasplante. En el caso de los pacientes pediátricos las evaluaciones pre-trasplante y los trasplantes continúan realizándose en Argentina, así como el tratamiento de las complicaciones pre y post-trasplante que no pueden ser resueltas en nuestro país.


El FNR entrega la medicación inmunosupresora para tratamiento ambulatorio de los pacientes trasplantados en base a la normativa vigente.

Desde julio/2009 a octubre/2022 el Programa de Trasplante Hepático de Uruguay ha realizado 278 trasplantes hepáticos.  Los resultados obtenidos en cuanto a sobrevida post trasplante, son comparables a la de centros reconocidos internacionalmente.


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El hígado

Es el órgano interno más grande del cuerpo y forma parte del sistema gastrointestinal. Se ubica en el lado derecho del abdomen, debajo del diafragma y de las costillas, es de color pardo-rojizo y en una persona adulta pesa aproximadamente 1,5 kg.

Es el único órgano que recibe sangre de dos fuentes, una que transporta la sangre desde los intestinos, el bazo, el páncreas y la vesícula biliar hasta el hígado (vena porta) y la otra proveniente del corazón (arteria hepática).

Se dice que es la “fábrica química del organismo” ya que realiza múltiples funciones indispensables para mantenernos vivos, alertas y saludables:

·         Asimilar sustancias nutritivas necesarias para la vida y el crecimiento

·         Transformar en energía el azúcar, las grasas y proteínas

·         Eliminar del organismo las toxinas procedentes de sustancias que comemos, respiramos o nos untamos en la piel como medicamentos, drogas, alcohol, nicotina, insecticidas y solventes

·         Producir la bilis que se almacena en la vesícula biliar

·         Facilitar la digestión

·         Fabricar enzimas que permiten procesar las grasas ya digeridas y proteínas que ayudan a coagular la sangre

·         Ayudar a defendernos de los microorganismos que entran en el cuerpo

·         Mantener las reservas de hierro, vitaminas y minerales.

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Signos que pueden indicar que el hígado no funciona bien

La enfermedad hepática no siempre causa signos y síntomas perceptibles. Si se presentan signos y síntomas de enfermedad hepática, éstos pueden incluir los siguientes:

·         Falta de energía y de motivación (fatiga). La somnolencia y la apatía pueden ser síntomas que acompañan a la fatiga.

·         Color amarillento en la piel o en los ojos (ictericia).

·         Orina de color oscuro.

·         Heces de color blanco o muy pálidas.

·         Sensación de picazón incontrolable de la piel, que se puede presentar sin una erupción o con lesiones en la piel (prurito).

·         Déficit de vitaminas que pueden ocasionar problemas relacionados con la vista (vitamina A), problemas en los huesos (vitamina D), problemas en el desarrollo del sistema nervioso y de los glóbulos rojos de la sangre (vitamina E), problemas de coagulación (vitamina K).

·         Acumulación de líquido en la cavidad abdominal (ascitis).

·         Hinchazón provocada por un exceso de líquido en partes del cuerpo; frecuentemente se presenta en las piernas, los pies y los tobillos (edemas).

·         Estado de confusión derivado de un alto nivel de toxinas en la sangre (encefalopatía). La encefalopatía puede provocarnos cansancio, no dormir bien, estar más enfadados y molestos, que sea más difícil concentrarnos o que cueste más saber qué está pasando a nuestro alrededor.

·         Problemas de coagulación de la sangre, que las encías o la nariz sangren más fácilmente y tendencia a que aparezcan moretones con facilidad.

Se pueden presentar uno o más síntomas.

Enfermedades que pueden afectarlo

Las enfermedades hepáticas son un grupo de trastornos que producen alteraciones en las principales funciones del hígado como la producción de bilis, producción de energía o la coagulación, generando un daño agudo y/o un daño crónico.

Independientemente del tipo de enfermedad, prácticamente todas ellas progresan de una forma semejante: inflamación (los depósitos de grasa provocan agrandamiento del hígado), fibrosis (formación de cicatrices) y cirrosis (las cicatrices endurecen el hígado y no puede funcionar correctamente), pudiendo en algunos casos llegar al carcinoma hepatocelular (cáncer de hígado).

El hígado puede enfermarse por diversos factores que lo agreden como pueden ser los virus, sustancias químicas, medicamentos, exceso en el consumo de alcohol, obesidad, entre otros.

El hígado continúa trabajando aún teniendo dos terceras partes de su volumen dañadas y en general son pocos los síntomas en etapas tempranas de la enfermedad. Lo anterior podría parecer una ventaja, pero no lo es porque la mayoría de las personas con enfermedades hepáticas no se dan cuenta de que algo está mal hasta que el daño al hígado es avanzado.

Las causas de las enfermedades hepáticas son muy diversas y van desde alteraciones embriológicas (formación de órganos), metabólicas (alteración en la función celular), infecciosas (daños por virus, bacterias, parásitos), depósito de sustancias tóxicas (exceso de cobre, hierro, grasa), daño tóxico directo a la célula por alcohol, disolventes, fármacos o formación de tumores (benignos o malignos).

Algunas de las enfermedades más conocidas que afectan el hígado son: hepatitis (A, B, C, E y autoinmune), cirrosis biliar, hígado graso, cirrosis hepática, hemocromatosis, enfermedad de Wilson y síndrome de Gilbert.

Factores de riesgo asociados a las enfermedades hepáticas

Los factores que pueden aumentar el riesgo de enfermedad hepática son:

·         Consumo excesivo de alcohol

·         Obesidad

·         Diabetes tipo 2

·         Tatuajes o piercings en el cuerpo

·         Inyección de drogas con agujas compartidas

·         Exposición a sangre y líquidos corporales de otras personas

·         Relaciones sexuales sin protección

·         Exposición a ciertas sustancias químicas o toxinas

·         Antecedentes familiares de enfermedad hepática

Puede existir más de un factor de riesgo en un mismo paciente.

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Causas más frecuentes que pueden determinar la necesidad de un trasplante

Las causas más frecuentes que llevan al trasplante de hígado son las enfermedades hepáticas crónicas (que llevan mucho tiempo de evolución) como la cirrosis causada por algunos de los virus de la hepatitis, el consumo excesivo de alcohol, la obesidad y la diabetes.  Sin embargo, aunque estas son las causas más habituales, hay otras enfermedades que pueden requerir un trasplante hepático como la hepatitis autoinmune, cirrosis biliar, la enfermedad grasa no alcohólica, etc.  Menos frecuente son las enfermedades hepáticas agudas, que aparecen súbitamente en pacientes sin padecimiento hepático previo.

Otras enfermedades que pueden requerir un trasplante son el cáncer de hígado y ciertas enfermedades que ocasionan depósito de hierro (hemocromatosis) o cobre (enfermedad de Wilson).

En niños, la principal indicación de trasplante es una enfermedad que causa obstrucción del paso de la bilis, como consecuencia del cierre total o parcial de los conductos biliares, causando acumulación de bilis en el hígado (atresia de las vías biliares).